jueves, 23 de junio de 2016

¿Les esperan al Reino Unido y a Europa 25 años de tranquilidad?

Una de las razones por las que David Cameron cometió lo que ahora tanta gente considera una irresponsabilidad (convocar el referéndum de ayer) fue que la decisión dejaría la cuestión de la relación del Reino Unido con el resto de Europa zanjada por una generación. El argumento recordaba al de Pablo Iglesias diciendo que un referéndum de independencia en Cataluña nos daría "25 años de tranquilidad". Vamos a suponer que la predicción (de dejar el tema zanjado, o de dar 25 años de tranquilidad) no afecta al período de pre-campaña y campaña electoral, con la división profunda de la sociedad británica, un debate dominado por los tabloides sensacionalistas y la brocha gorda, el asesinato de una diputada laborista por parte de un fanático nacionalista, la aparición en TV en igualdad de condiciones de payasos y expertos... Supongamos que la predicción sólo se refiere al período que se inicia ahora mismo, tras conocerse el triste resultado de que nuestros hermanos británicos, por una ligera mayoría, han decidido dejar la UE. De momento, en las primeras horas de saberse el resultado, la libra ha caído a sus niveles más bajos en unos 40 años, el primer discurso de victoria lo ha pronunciado un político xenofóbico de extrema derecha, Nigel Farage, y nadie sabe exactamente qué tipo de relación tendrá el Reino Unido con sus vecinos europeos. Porque claro, los ganadores del referéndum quieren la "independencia" pero también quieren seguir comerciando con el resto de Europa sin pagar aranceles, aunque durante la campaña han guardado un silencio cerrado sobre cómo van a llegar a un acuerdo de libre comercio con los socios a quienes han decidido abandonar, ni cuanto tiempo van a tardar en alcanzarlo. Mientras tanto, los líderes internacionales que han apoyado el abandono del Reino Unido, es decir, Trump, Putin, Le Pen y otros personajes de parecidas credenciales, se frotan las manos y sueñan con la desintegración progresiva de la Unión. En Escocia, los independentistas ya están pidiendo un nuevo referéndum. En Irlanda del Norte, nadie sabe qué va a ocurrir. ¿Dónde está la tranquilidad?

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