lunes, 10 de junio de 2013

La fusión de reguladores, un desprestigio para España

El viernes pasado presenté en la Florence School of Regulation mi artículo sobre la fusión de reguladores en España. Todos los comentarios que recibí, por parte de algunos de los principales expertos europeos sobre regulación, fueron de preocupación sobre el empeoramiento de la calidad institucional en España.
Por su parte, la comisaria Neelie Kroes sigue sin estar satisfecha con la propuesta del gobierno del PP de fusionar los reguladores.
El gobierno en las últimas fechas había redoblado su campaña de propaganda, hablando del ahorro de 28 millones de euros que se deriva del nuevo organismo. Curiosamente, esta cifra no se ha alterado desde la propuesta inicial, a pesar de que el gobierno dice que ha introducido numerosos cambios en el proceso de debate parlamentario y de negociación con la CE sobre el proyecto de ley.
El secretario de Estado de Economía que impulsa la reforma se llama también “de apoyo a las empresas”. Ciertamente, las grandes empresas reguladas pueden sentirse apoyadas por este gobierno, aunque deberían reflexionar sobre si tener un gobierno tan claramente comprometido con la inestabilidad institucional les beneficia más a largo plazo a ellas y a su país.
La mayoría de estos ahorros vienen de no crear organismos cuyas competencias alguien tiene que ejercer. Lo que queda de ahorro podría conseguirse por lo menos en parte consolidando competencias en la CMT creando un regulador “convergente” como OFCOM en el Reino Unido, que agrupa la regulación de las telecomunicaciones, el espectro radioeléctrico y el sector audiovisual. Aun así, 28 millones no supondría un gran ahorro; piénsese que hay más líneas de telefónos móviles que habitantes, por mencionar un servicio bajo las competencias del nuevo regulador (vigilar la competencia y regular las tarifas de acceso). Si dividimos el supuesto ahorro por el número de usuarios vemos que este ahorro es de menos de un euro por persona, lo que quedaría fácilmente revertido si, como todos los expertos que se han pronunciado predicen, el nuevo organismo va a estar más capturado por las grandes empresas que la arquitectura actual, y por tanto es de prever que los precios aumenten bajo la presión más eficaz de las empresas. Un borrador con ahorros de costes administrativos imaginados no sustituye un buen análisis coste-beneficio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario